Las cráteras, colocadas simétricamente a ambos lados del emblema, se representan de forma totalmente plana, sin buscar efecto de volumen, dentro de un estilo puramente geométrico con elevado nivel de abstracción. El cuerpo de las vasijas se divide por medio de estrías verticales en cinco bandas que podrían representar los gallones que aparecen en otras más realistas. Entre las vasijas y los filetes que delimitan estos dos sectores laterales se dibujan tallos con roleos o pámpanos que tiende a llenar todo el espacio disponible. El acceso a la sala principal se hace por medio de un umbral dividido en dos franjas rectangulares: en la primera vemos una composición de rombos y cuadrados de lados curvos adyacentes que determinan entre ellos hojas lanceoladas. La segunda es un damero que se dispone en rampa curvada para salvar el desnivel entre las dos partes de la estancia.
42. Vista general del ábside en 1971 43. Detalle ángulo escudo central del ábside Ábside. Análisis y relaciones: La trenza en tenaza o guiloche de la orla exterior tiene su origen en la decoración arquitectónica. Aparece como una variante más complicada de la trenza de dos cabos y, aunque menos utilizada que ésta, tiene bastante aceptación como motivo de orla . El trenzado múltiple de la franja siguiente que imita motivos de cestería, es un tema característico del Bajo Imperio y se suele emplear a veces como relleno de casetones y otras figuras. La crátera, tema muy común en la musivaria romana de época bajoimperial , se muestra asociada junto con los pámpanos y las vides a temas báquicos, pero también será adoptada como símbolo cristiano, acompañada de aves, peces, etc. Al igual que ocurre con la cruz de la otra parte del pavimento, resulta aventurado atribuirle una simbología religiosa concreta, a menos que otros datos arqueológicos nos permitieran pronunciarnos en este sentido. Podemos citar numerosos ejemplos en Hispania entre los que destacamos uno de Mérida (BLANCO, 1978 ) del siglo II, en la villa del Prado en Valladolid (WATTENBERG, 1964 ) de finales del siglo III y el de Cuevas de Soria (FERNÁNDEZ CASTRO, 1983 )y la villa del Hinojal (ÁLVAREZ, 1976 ) cerca de Mérida, ambas de la segunda mitad del siglo IV.
44. Trenzados (múltiple y tenaza) 45. Detalle crátera La composición del emblema central del ábside, estrella de ocho puntas formada por dos cuadrados de lacería de trenza con octógonos interiores y exteriores, es un tema conocido desde el siglo I, pero toma un notable incremento a partir del siglo III. En la mayor parte de los casos el esquema se reproduce como lo vemos aquí, pero hay bastantes que tiene temas figurados en el centro, como el de tema báquico del Museo Arqueológico de Sevilla procedente de Itálica y otros en la Galia y en el Norte de África. Con temas geométricos de relleno y por tanto más próximos a este de Monroy, tenemos paralelos en las villas sorianas de Los Quintanares (BLÁZQUEZ, 1983) Cuevas de Soria (FERNÁNDEZ CASTRO, 1983 ), en la Casa del Anfiteatro de Mérida (BLANCO,1978) y en la villa del Hinojal (ÁLVAREZ, 1976. ) El enlace de la zona absidal con la sala se hace, como hemos indicado antes, mediante bandas rectangulares, una de damero y la otra de losanges unidos por cuadrados de lados curvos, semejantes a los comentados del mosaico de la habitación núm. 1. La sala presenta un esquema compositivo único. Se trata del ya visto en la sala 1 de octógonos irregulares y cruces adyacentes que determinan entre ellos hexágonos oblongos. La decoración del interior de las figuras es muy variada y aparentemente los temas no presentan una frecuencia fija. En las cruces predomina otra cruz interior formada por doble filete , diversos tipos de dameros, ángulos y trenzados. En los hexágonos los motivos más repetidos son las franjas de ángulo, después las espigas y los dameros en diversas variantes. Son también frecuentes los temas vegetales: bipétalas, cuadripétalas de hojas desiguales y hojas de hiedra opuestas por las puntas. En los octógonos podemos distinguir: a) Temas geométricos: cuadrados simples, cuadrados dobles, enlazados formando estrellas de ocho puntas, cuatro semicírculos pequeños, cuatro peltas opuestas y tangentes. b) Temas florales: cuadripétalas separadas por flores de lis en diversas variantes, en algunos casos en negativo, es decir con los fondos azules y el dibujo en tonos claros. c) Nudos de entrelazo de ocho bucles, en la mayoría de los casos también en negativo y nudos de Salomón. En la parte superior aparece en uno de los octógonos un extraño motivo cruciforme con roleos y espiga, cuya interpretación resulta difícil, pero podría tratarse de una marca o signo. El acceso a la sala desde la galería del peristilo se señala por medio de un umbral decorado con la misma trenza de seis cabos que vimos en el ábside. A la izquierda una banda de triángulos dentados y dos peltas, y, a la derecha una serie de triángulos dentados que se unen por las bases y dos formas semejantes a florecillas cuadripétalas.
46.Mosaico sala 47. Detalle (hojas de hiedra) El dibujo de octógonos, cruces y hexágonos oblongos, procede de motivos empleados en los techos. Es un tema propio del Bajo Imperio y aparece en su forma definitiva en el pórtico del palacio de Diocleciano en Spalato (Croacia), alrededor del 300 d.C. Se extiende por diversas zonas del imperio en los siglos IV y V. Se encuentra con frecuencia en las regiones orientales del Mediterráneo, sobre todo en Antioquia, donde hay numerosos ejemplos que van desde principios del siglo IV al siglo V. Este tema es poco frecuente en la Península Ibérica, sólo hallamos paralelos en Rielves (Toledo) (FERNÁNDEZ CASTRO, 1977-78 ) y en la villa de Algorós, en Elche (MONDELO, 1985 ). En cuanto a la decoración interior de las figuras, para las bipétalas y las hojas de hiedra véase lo dicho sobre el escudo central del mosaico de la habitación número 1. Los temas en zig-zag y la espiga, así como la cruz de trenzado, se encuentran también en los mosaicos de Antioquia antes citados. En los octógonos hay tres tipos de temas: cuadrados simples o dobles con diversas variantes, cuadripétalas con flores de lis y nudos de entrelazo de ocho bucles. Las flores proceden de las regiones del N. de la actual Francia y Bélgica. En el Bajo Imperio esta temática se había hecho muy común en la región de Aquitania donde encontramos numerosos ejemplos. Paralelos hispánicos los tenemos en Cuevas de Soria (FERNÁNDEZ CASTRO, 1983 ), Los Quintanares (BLÁZQUEZ, 1983), en la anteriormente citada villa de Algorós (MONDELO, 1985) y en el mosaico con panteras de Alcázar de San Juan (BLÁZQUEZ,Corpus V, 1982 ).
El tema de la estrella de rombos de este mosaico es uno de los más difundidos de la musivaria romana. Está confeccionado a base de la intersección de líneas ortogonales y diagonales que se interrumpen a distancias fijas por cuadrados o rombos. Ya a partir del siglo I encontramos en Pompeya, Ostia y otro puntos de Italia numerosos ejemplos. En el siglo II se difunde extraordinariamente por todo el Occidente: Francia, Suiza, Alemania y en Hispania los vemos en mosaicos urbanos de Itálica (BLANCO, Itálica, 1978), Carmona (BLÁZQUEZ, Corpus IV, 1982) y Barcelona (BALIL, 1962 ). Después de la decadencia del siglo III, el tema vuelve a ponerse de moda en los siglos finales del Imperio, sobre todo a partir de mediados del siglo IV y hasta bien entrado el siglo V. A esta época corresponden los paralelos más exactos para éste de Monroy, en Cuevas de Soria (FERNÁNDEZ CASTRO, 1983 ), Rielves(FERNÁNDEZ CASTRO,1977-78 ) y Liédena (Navarra) (MEZQUÍRIZ, 1956 ), en donde podemos apreciar la repetición del esquema en épocas distintas.
49. Vista general 50. Detalle
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