El verano era época de mucho trabajo, pues la cosecha venía a ser la culminación de todo un año de esfuerzos, penalidades y esperanzas. A esta tarea se le dedicaba todo el tiempo y no quedaba mucho para festejos. Además había que guardar todos los recursos para la que marcaba el final del ciclo, e incluso del año agrícola: Los Toros.
De muy distinto signo era la fiesta de San Juan, perdida hace muchos años. La noche del 24 al 25 de junio los mozos monroyegos cortaban una encina en la Dehesa Boyal y la traían a la Plaza Mayor para quemarla. Mientras se consumía la leña, los jóvenes comían migas, bebían vino y saltaban por encima de la hoguera. De madrugada rondaban a las mozas hasta el alba. Las muchachas, que no solían participar en esta fiesta, se reunían en casa de alguna amiga que viviera en la plaza o sus alrededores para observar desde las ventanas y balcones el ajetreo que traían los muchachos. Según nos comunican algunos informantes, de madrugada, algunas personas entendidas recogían plantas, como la malva, a la que se atribuían propiedades medicinales y mágicas .
A
partir de este día, como estaban las aguas bendecidas por el santo, la
chiquillería comenzaba sus baños estivales en las charcas, en los regatos
próximos a la villa y en el río Almonte A finales de julio se celebra la festividad religiosa de Santa Ana, patrona del pueblo, que cierra el ciclo dedicado a esta santa , con la que también se relacionan el Lunes de Gracia y el Lunes Albillo, como ya se ha indicado anteriormente. Nueve días antes de la festividad, por la mañana temprano, se iba a la ermita, situada a unos 3 kilómetros del pueblo y se traía la imagen en procesión hasta la iglesia parroquial. Aquel día comenzaba la novena que terminaba el día de de Santa Ana, con misa y procesión por la mañana, y después con el regreso de la patrona hasta su santuario. El ciclo festivo anual culmina en septiembre con las que propiamente podemos llamar fiestas mayores : "Los Toros", que son las únicas a las que se dedican varios días y no están relacionadas con ninguna celebración religiosa. Su descripción y análisis se hacen en capítulo aparte ( Los Toros). (7)
|
|