PRIMAVERA

   Semana Santa

   Lunes Albillo

   Cruz de Mayo

 

   SEMANA SANTA

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Si la Cuaresma no era observada por los monroyegos con todo el rigor que quisiera la Iglesia, la Semana Santa era un  periodo de recogimiento y devoción donde se sucedían sermones, actos litúrgicos, procesiones, etc., todos ellos muy concurridos por la feligresía.

La Semana Santa comienza el Viernes de Dolores cuando terminaba el novenario a la Virgen de los Dolores. Aquella noche sale la imagen en procesión recorriendo el itinerario tradicional por el casco antiguo de la localidad. 

El Domingo de Ramos la jornada comienza con una misa mayor solemne y la procesión del Cristo por los alrededores de la iglesia. En ella se bendicen los ramos de olivo, ramos que los vecinos colocan en las ventanas y balcones de sus casas como amuleto protector contra el diablo, las tormentas y otros males naturales o sobrenaturales.

El Miércoles Santo tiene lugar la procesión del silencio con la imagen de Jesús el Nazareno al que acompañan hombres y mujeres. El recorrido, al igual que en el resto de las procesiones, coincide con el núcleo más antiguo de la población, es decir, sale de la iglesia, continúa por la plazuela del Mesón, calle de la Amargura, Plazuela, calle Enrollada, Plaza Mayor y Calle Nueva, para regresar al templo.

En la procesión del silencio, no se entonan cánticos, sólo se escuchan los pasos de los fieles que, en dos filas, las mujeres delante con velas encendidas y farolillos de latón, y los hombres detrás, acompañan a las imágenes en su recorrido .                                                                                                         (4)

El Jueves Santo era el día en que "morían" las campanas y se  sustituían por la matraca. Con ella los monaguillos recorrían las calles de la villa convocando a los fieles a los  Santos Oficios por la tarde y a la procesión por la noche. Se oficiaban las Tinieblas  en el templo, con procesión por el interior al son de las matracas . Hace muchísimos años, el sacerdote procedía al lavatorio de los pies a 12 hombres de la Cofradía del  Santísimo.    Al anochecer sale la procesión con las imágenes de la Virgen de los Dolores y el Nazareno. Durante ella se entonaban cánticos religiosos y de vez en cuando alguien canta una saeta al paso de las imágenes. Después quedaba expuesto el Santísimo al que se le velaba, o acompañaba toda la noche.

Este era un día de abstinencia y no se podía comer carne, lo que, más que un sacrificio, era un alivio, porque se sustituía el cotidiano cocido por un buen potaje con romanzas y bacalao de primer plato y una tortilla de patatas de segundo. Por la noche se aprovechaban las sobras del almuerzo.

El Viernes Santo se celebran los oficios por la   tarde y por la noche salía la  Dolorosa ataviada con manto negro en señal de luto . Hay que tener en cuenta que ésta imagen y la del Nazareno eran las únicas que se sacaban en procesión. Desde hace pocos años se ha sustituido por el Calvario que se aloja en el altar barroco de la parte derecha del presbiterio (Cristo de la Salud) y más tarde desfila el Santo Entierro, imagen reciente, adquirida por aportaciones de particulares. También desde fechas recientes tenemos que señalar el gran auge  que han tomado estas celebraciones procesionales y la creación de cofradías que portan y acompañan a las imágenes.

El Sábado Santo existía la tradición de que los fieles, sobre todo mujeres, se acercaban a la iglesia a por agua bendita con la que se bendecían todos los rincones de sus viviendas. .                          

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El Domingo de Resurrección, antes de la solemne misa mayor salen en procesión la Virgen y el Niño. Los hombres y niños acompañan al Niño Dios desde el templo por la calle Nueva mientras las mujeres y niñas lo hacen con la Virgen por la calle de la Amargura, Plazuela y Enrollada, para encontrase ambas comitivas en la Plaza Mayor. Allí se le despoja a la Madre del luto cuando encuentra al Resucitado, y todos regresan de nuevo al templo.

Pasado el Domingo de Resurrección vuelve la alegría y el esparcimiento con fiestas de canto y amor. La primera manifestación de este nuevo ciclo la tenemos en las romerías a las ermitas, donde los jóvenes de ambos sexos pasaban la jornada festiva entre comidas, bebidas, bailes y juegos.

El Lunes de Pascua o Lunes de  Gracia el Ayuntamiento patrocina en la ermita una misa y un refrigerio en agradecimiento a Santa Ana que libró a la villa de una horrible tormenta. Toda la comitiva con las autoridades y muchos vecinos se acercan a la ermita a oír misa, regresando al pueblo esa misma mañana.

 

  LUNES ALBILLO.

Es la fiesta más importante que cierra el ciclo primaveral. A partir de los años  70, entró en decadencia, aunque no dejó de celebrarse y actualmente, como ha ocurrido con otras, ha resurgido con fuerza, aunque introduciendo algunas variantes en la celebración tradicional. Se estudia en el capítulo  dedicado a las fiestas principales  (El Lunes Albillo).

 

  CRUZ DE MAYO.

Aunque hoy ha desaparecido, se estuvo celebrando hasta mediada la década de los sesenta. El día 3 de mayo, festividad de la Santa Cruz, las niñas y niños en edad escolar engalanaban con flores las cruces de madera elaboradas por ellos y las ponían en pequeños altares levantados en las calles y plazas de la localidad.

Durante todo el mes de mayo, en la iglesia y después del rosario celebrado en honor a la Virgen, las niñas recitaban versos a María, rimas que ensayaban previamente en la escuela.